Cambiar el paradigma de la lucha contra la corrupción es sentar las bases para derrotarla, el Gobierno Petro ha dado el primer paso.

 

Por: Mauricio Vargas

La corrupción es un flagelo de las  sociedades, de la civilización misma, una encrucijada dentro del corazón del ser humano.

La hay en el Norte Rico e imperial y también en el Sur Global pobre y subordinado. Se puede presentar en el más humilde hasta en el más poderoso.

Ni siquiera las tradiciones religiosas, que pretenden manifestar la palabra y voluntad de 'Dios' en la tierra se salvan de ella.

Presente tanto en el sector público como en el privado, productivo, rentista, industrial y comercial, pues de la banca y el sector financiero ¡ni se diga!

En eso no pueden confundirse o ser deshonestos tirios y troyanos.



La diferencia y el cambio del Gobierno Petro es apostar por un viraje de paradigma:

No se trata de una solución instantánea milagrosa y mágica a este mal endémico, algo que quisiéramos la mayoría de colombianos.

Se trata más bien de emprender un proceso doloroso, una lucha digna, histórica y ejemplarizante contra la maldita corrupción, allí donde emerja y se manifieste o previniéndola con reformas estructurales.

Porque la corrupción en Colombia no solo es la conducta ilícita de un determinado número de personas, sino también el ADN del diseño de muchas de nuestras instituciones.

Las EPS por ejemplo reciben millonarios ingresos del Estado y no tienen quien las vigile. La corrupción allí es estructural, no personal ni individual.

No se trata de ubicar la corrupción en un espacio focalizado o en un bando definitivo, pretendiendo exonerar o desviar la atención de la opinión pública.

Nuestro punto de partida debe reconocer la herencia de la clase política tradicional y su élite económica - a la cual representan- que han manejado el país a punta de maquinaria y clientelismo y en muchas ocasiones con violencia.

Una costumbre, una cultura y un método que representa una quinta columna de la democracia colombiana.

Un tratamiento distinto.

Se trata pues de como el Gobierno del Cambio empieza a generar una actitud distinta y disruptiva frente a la corrupción.

Gustavo Petro en la instalación de la tercera legislatura y en la mitad de su administración dijo algo fundamental, que rompe con el procedimiento y la conducta de sus predecesores:

1) El Presidente Petro pidió perdón al país
por la corrupción en la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres - UNGRD-.

 2) Nombró a Carlos Carrillo ex-concejal de Bogotá y activista anticorrupción, para que realice una purga de la UNGRD.

3) El Presidente ha depositado su confianza y pide a la Fiscalía y Jueces de la República, la mayor celeridad, contundencia y resultados positivos para llegar al fondo del entramado de corrupción y erradicarla.

4) El Presidente Petro se atrevió a denunciar al Alcalde de Bogotá Samuel Moreno, incluso cuando ambos pertenecían a la misma colectividad política a la cual renunció precisamente por el Escándalo del Carrusel de la Contratación.

¿Se imaginan a Uribe renunciando al Centro Democrático por los múltiples escándalos que enlodan esta organización y denunciando a sus propios coopartidarios por corruptos?

Los invito a que se pregunten:

1) Pidió Uribe disculpas por el Escándalo de Corrupción de Reficar?

Calificado por la Revista Semana - sí la Revista Semana... - como el Escándalo Económico del Siglo y
según el muy corrupto ex- Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, “Reficar es el caso de corrupción más grave en los 200 años de historia»:

Calificado por el ex-senador Jorge Robledo - Sí, Robledo... - como el peor escándalo de corrupción de la historia del país.

 Hablamos efectivamente de:

*Sobrecostos de 8.016 millones de dólares.

*Detrimento patrimonial equivalente de un 5% del presupuesto nacional del país en 2016, que se terminaría de pagar en el año 2046,

Uribe jamás pidió perdón, no emprendió una sola purga masiva y de fondo en las entidades responsables.

 Tampoco lo hizo en el Escándalo de corrupción de Invercolsa, donde el delincuente juzgado y condenado Fernando Londoño Hoyos se apropió ilegalmente de 145 millones de acciones de Invercolsa por un monto de 9.000 millones de pesos en mayo de 1997, para luego venderlas a un precio mayor del adquirido, para el lucro individual.

Y lo peor, Uribe premió a este delincuente  - si! el mismo de "Hagamos Trizas la Paz"... — permitiéndole  convertirse en el director del  Centro Democratico, en aquel momento (2016)

Pidió acaso Santos o Uribe perdón por el Escándalo de corrupción de Odebretch?

*Más de 80 mil millones de pesos en sobornos a funcionarios, incluido al Grupo Aval - cuya justicia colombiana y norteamericana pasó desapercibida- y al candidato a la Presidencia uribista el señor Óscar Iván Zuluaga.

*En 2009 el proyecto Ruta del Sol 2 tuvo un presupuesto de $2 billones, el conglomerado brasileño debía construir 510 kilómetros del tramo correspondiente, pero solo construyeron 180 kilómetros de doble calzada. Entregaron el 35,2% de avance de la obra. Según el Presidente Petro ese dinero - 2 billones- se perdió y según los colombianos, lo que hoy hay es una trocha en pésimo estado.

Ha pedido acaso Santos perdón por esta lamentable calamidad?

Pidió perdón Ivan Duque por la corrupción en Centros Poblados?  70 mil millones de pesos perdidos...No! El defendió a la ministra Karen Abudinen. Defendió la impunidad.

Por el caso de corrupción en el Departamento de Prosperidad Social (DPS) relacionado con el expediente de “Las Marionetas” con la condena de exsenador Ciro Ramírez del Centro Democrático, del excongresista Mario Castaño del Partido Liberal. Nadie pidió perdon.

Según Razón Pública, sobre la Presidencia de Ivan Duque y la corrupción:

"Algunos casos y escándalos notables ocurridos bajo el gobierno Duque  comprometieron a la Cuarta Brigada del Ejército, a la DIAN, a Fonade, a Ingreso Solidario, a la “Ñeñe política”, a Aida Merlano, a Liliana Pardo con el Carrusel de la Contratación y a los corresponsables del robo de recursos para la paz...  La consecuencia neta de la gestión de Duque ha sido por lo tanto mantener la corrupción asociada con la gestión del Estado"
 
¿Finalmente pidió perdón Ivan Duque por el caso de la "reconstrucción" de San Andrés? Duque anunció que tardarían cien días, pero un año y tres meses después no se había superado el 9% de la reconstrucción.

Sabian ustedes que las irregularidades en la UNGRD ya venian mucho antes de gobiernos anteriores donde a pesar de graves denuncias, estas no habían alcanzado las repercusion mediáticas de la actual.

Aun así es positivo que los medios colombianos, en especial la gran prensa, esten subiendo su nivel de control político frente al ejecutivo de Petro, ojala lo mantengan por el bien de la democracia y del país.

Deben agradecer a Petro por estimular la denuncia de la corrupción en los medios masivos de comunicación.

Tampoco los Presidentes de aquel entonces reconocieron ni pidieron perdón ni mucho iniciaron una purga al respecto.

Estrategia política

El Centro Democrático desarrolló un discurso enfocado en la guerra, en el conflicto armado interno, la violencia y la consiguiente ultra-polarización que esto genera.

Un estrategia para "afrontar" la corrupción y los innumerables y graves escándalos surgidos en sus gobiernos, quienes inspirados en pensadores alemanes como Carl von Clausewitz asumen la "política como continuación de la guerra por otros medios" y en Carl Schmitt en fundamentar la política en el enfoque de "amigo - enemigo" que deja poco espacio para la crítica y el pensamiento diferente, asfixia y constriñe en la práctica la pluralidad y el debate ciudadano.

Conclusión

No es simplemente el discurso de hacer trizas la paz y de centrar su narrativa en la seguridad por un asunto meramente programático, ideológico o de convicción, sino que más bien, esta narrativa es funcional y transversal para diluir y ensombrecer las denuncias de la corrupción.

Es la pretensión uribista de hegemonizar a la opinión pública y de que en aras de la solidaridad de cuerpo "en medio del combate" , se rechace la crítica  como ataques mal intensionados del enemigo contra el Estado y el bien común.

Esta hipótesis se inspira en las investigaciones por académicos colombianos que plantean el intento de la presidencia de Uribe y su gobierno por refundar la democracia, en la post-verdad el post-Estado Social de Derecho y la  post-corrupción, en el Estado Comunitario y el Estado de Opinión, de forma que:

*Ya no habría un ágora para el debate sino un teatro de operaciones.

*Ya no hay un interlocutor sino un enemigo.

*Donde ya no hay sectores sociales beligerantes en pugna por intereses contrapuestos, sino un enemigo interno que se debe excluir y reprimir.

*Ungen al terrorismo, que se convierte en el concepto y el problema hegemónico central de nuestra democracia subdesarrollada, desplazando otros objetivos también urgentes - como la anticorrupción, la justicia social, o el desarrollo económico-  pero que paradójicamente - el terrorismo-termina haciéndose universal, extendiéndose y contaminando precisamente a sus agentes e  instituciones Estatales, como ocurrió con los falsos positivo, chuzadas a magistrados, entre otras.

El terrorismo se vende así como una amenaza externa contra la democracia, pero es precisamente desde dentro como termina poniendola en jaque.

Es el Fascismo criollo.

Y así la lucha contra la corrupción termina subordinada, subsumida y sometida a la lógica de la guerra...

Recuperar la lucha contra la corrupción como un estatuto autónomo y prioritario como un imperativo categórico que trasciende ideología, partidos y causas, es uno de los muchos cambios de paradigmas que el Gobierno y el Presidente Petro están llevando a cabo.

Con Petro queda claro que la corrupción es un mal de la patria.  Y que solo con la Paz y la democracia se le puede combatir.

Aquellos guerreristas saben que tras las bombas, los combates y el miedo, se esconde más fácilmente la corrupción...

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