Cambiar el paradigma de la lucha contra la corrupción es sentar las bases para derrotarla, el Gobierno Petro ha dado el primer paso.
Por: Mauricio Vargas La corrupción es un flagelo de las sociedades, de la civilización misma, una encrucijada dentro del corazón del ser humano. La hay en el Norte Rico e imperial y también en el Sur Global pobre y subordinado. Se puede presentar en el más humilde hasta en el más poderoso. Ni siquiera las tradiciones religiosas, que pretenden manifestar la palabra y voluntad de 'Dios' en la tierra se salvan de ella. Presente tanto en el sector público como en el privado, productivo, rentista, industrial y comercial, pues de la banca y el sector financiero ¡ni se diga! En eso no pueden confundirse o ser deshonestos tirios y troyanos. La diferencia y el cambio del Gobierno Petro es apostar por un viraje de paradigma: No se trata de una solución instantánea milagrosa y mágica a este mal endémico, algo que quisiéramos la mayoría de colombianos. Se trata más bien de emprender un proceso doloroso, una lucha digna, histórica y ejemplarizante contra la maldita corrupción, allí dond...